Un Pequeño Gran Paso hacia la Disciplina

Todos conocemos esa narrativa: “mejor mañana”, “estoy muy cansado”, “primero termino esto que es importante y después sin falta”. Narrativas como éstas y todos sus matices son las que muchas veces hacen difícil llegar al mat, al cojín o a realizar cualquier actividad que nos propongamos. ¿Suenan familiares? Surgen con mucha frecuencia y, aunque seamos muy disciplinados, van a seguir apareciendo. Entonces lo importante es saber relacionarnos con ellas.

En primer lugar, todas ellas tienen algo en común: una cierta pereza. Una pereza más aletargada vencida por el cansancio o la falta de energía; o una pereza más activa que no puede dejar de escribir el mail urgente (tan urgente que no puede esperar). En ambos casos le sacamos la vuelta a algo. Es pereza porque nos aleja de llegar al mato o al cojín. ¿Qué hacer? No alimentar esas narrativas, no establecer un diálogo con ellas, no dejar que ocupen mucho espacio. De lo contrario, el día para empezar a hacer x actividad no llega nunca.

Es desafiante no alimentar estas narrativas porque ofrecen alternativas muy seductoras: “mejor duermo un poquito más”, “primero descanso y así voy a tener energía para poder empezar”, “voy a ver un capítulo más de la serie para despejarme”. Lo que se nos olvida es que alimentar esas narrativas nos conduce solamente a más letargo, que nos vamos a sentir frustrados más temprano que tarde y que seguimos posponiendo algo que sabemos nos hace tan bien. Es en ese momento que no podemos perder de vista esa sensación después de practicar. La de un cuerpo fuerte, conectado y liviano en el caso del yoga; esa sensación de mente amplia, espaciosa y con la sabiduría para enfrentarse a cualquier situación que nos da la meditación.

En vez de cultivar esa narrativas repetitivas y familiares que nos dejan siempre en el mismo lugar, traigamos a nuestra mente el recuerdo de esa sensación después de la práctica. Con esa imagen en mente es más fácil dejar pasar las narrativas perezosas, dejar que pierdan fuerza y dar un pequeño gran paso hacia la disciplina en la vida cotidiana. Un paso a la vez. Un paso conduce a otro paso. Con el tiempo será más difícil dejar de practicar que llegar al mat o al cojín.

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